¡Santa Beatriz no deja de sorprendernos con sus delicadezas!
Como hemos experimentado de tantos modos, una vez más vemos con nuestros propios ojos que Santa Beatriz sigue viva, muy viva en medio de su gente, y parece querer hablarnos a través de los acontecimientos. Desde Campo Maior, compartimos un hecho reciente que nos ha dejado asombradas y que no queremos guardar solo para nosotras.
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El día 17 del mes de julio, una señora descendiente de Santa Beatriz, que no conocíamos, vino a nuestro Monasterio a ofrecernos algunas cosas pertenecientes a la familia, pues había fallecido recientemente su madre y ya que eran objetos relativos a Santa Beatriz, pensó que en ningún otro lugar estarían mejor que con sus hijas. Esta señora era nieta del Conde de São Paio, D. António de Silva, descendiente y muy devoto de Santa Beatriz, que se propuso escribir la primera biografía de Santa Beatriz en portugués. Sin embargo, al encontrarse con la biografía escrita por Sor Catalina de San Antonio pensó que no podría decir nada más cierto y la trasladó al portugués, financiando asimismo todos los costes de la edición (que tiene fecha de 1929).
Este título de Conde de São Paio, São Payo, o Sampaio, fue concedido por primera vez por el rey D. José I, el 18 de diciembre de 1764, a Antonio José de São Paio Mello e Castro Moniz y Torres de Lusignam como galardón por servicios prestados: propios, de su padre y de su abuelo, y se ha mantenido en la familia hasta nuestros días.
Entre las cosas que nos ofrecieron estaban una preciosa reliquia de la Santa Madre, en un relicario de oro, el libro arriba mencionado y una carta del Monasterio de Toledo, enviada a D. Antonio de Silva. Guardamos todo con mucha alegría, sobrecogidas por tantas gracias concedidas por Santa Beatriz (¡fue el día 17!). Solamente unos días después, levantando acta de todo para las crónicas de comunidad, nos pusimos a leer la carta más detenidamente, pues antes nos habíamos fijado más en la reliquia.
¡Esta es otra gran reliquia! Es una carta de Sor Mª Natividad, Presidenta, del Monasterio de Toledo, con fecha de 28 de diciembre de 1927, un año después de la beatificación. La designación de Presidenta, puede llamar la atención y confundirnos, pues en aquel entonces todavía no existían federaciones ni sus presidentas. Se refiere a la hermana que quedaba como responsable de la comunidad en ausencia de la Abadesa, lo que denominamos sede vacante.
Como podéis ver, la carta señala muchos datos que, no siendo nuevos, certifican mucho de lo que sabíamos, como la importancia que le daban estas generaciones de concepcionistas al testimonio de Sor Juana de San Miguel; o al lugar de nacimiento de Beatriz; o la petición del párroco de Campo Maior de la imagen para la Iglesia de S. Juan Bautista, comenzando así el culto público de Santa Beatriz (público, porque el amor a su santa siempre estuvo muy presente por la tradición oral).
Consideramos que esta carta nos da una idea del aire que se respiraba en los años de la beatificación y que además es una prueba palpable, una fuente que junto con todas las que tenemos, nos ayudarán a comprender la historia de Santa Beatriz y de la Orden.
Por todo esto, y por la alegría que en nosotras brotó, quisiéramos compartirlo con las hermanas y con quien ame y quiera conocer más a Santa Beatriz da Silva.